MELBOURNE.- Día de perros soportaron las principales estrellas del Abierto de Australia. Como si el bochornoso calor no fuera suficiente tormento, Rafael Nadal, Roger Federer y Maria Sharapova pasaron las de Caín para avanzar a la tercera ronda, cada uno por diferentes problemas.
La situación más dramática la vivió Nadal, que se impuso 6-2, 3-6, 6-7 (2-7), 6-3 y 7-5 al estadounidense Tim Smyczek, 112 de la clasificación, en lo que para él fue un suplicio de más de cuatro horas. “No sé qué me pasó, me sentí deshidratado tras el primer set, comencé a tener calambres en diferentes partes del cuerpo. No es normal tener algo así tras una hora de partido.También estuve mareado”, describió el número tres del mundo, quien pidió asistencia médica y necesitó de una “bufanda de hielo” para bajar la temperatura corporal durante un partido que terminó arrodillado y llorando, como si acabara de ganar la final. “Fue una noche muy dura para mí”, admitió. Su próximo rival será el israelí Dudi Sela.
No mucho mejor le fue a Federer, aquejado por un dolor inusual en su mano. “Sentía en el dedo como si me hubiera picado una avispa, algo que no había sentido nunca. Por suerte al final no fue tan grave”, explicó el suizo, que se sobrepuso al dolor y derrotó al italiano Simone Bolelli (3-6, 6-3, 6-2 y 6-2). “Estoy feliz de no haber perdido en la segunda ronda y no saber qué decir”, confesó. El dos del mundo ahora se medirá con otro italiano, Andreas Seppi.
En el drama de Sharapova, en cambio, no hubo factores externos: la rusa volvió de una eliminación casi segura contra su compatriota Alexandra Panova, salvando dos matchs points cuando estaba 5-3 abajo en el último set. Al final, se impuso 6-1, 4-6 y 7-5.
En otros partidos, también avanzaron de ronda Andy Murray, Tomas Berdych, Grigor Dimitrov y Marcos Baghdatis. (DPA-Especial)